Para Puntadas de familia
24 de Febrero de 2023
Ha transcurrido un año desde que hicimos una visita a nuestro hijo menor y su familia, para conocer a nuestro único nieto hasta ahora y al que no conocíamos hasta ése momento, más que por videochat.
Partimos en Diciembre para celebrar con ellos la primera Navidad de nuestro nieto, con la idea de disfrutar de él, de abrazarlo y besarlo. Por fin, después de años de esperar, llegó el nieto ansiado.
Me dieron la sorpresa del embarazo durante mi 60avo cumpleaños. Yo esperaba nietos desde los 40 y tantos. Así que estáabamos super contentos.
Sin embargo, no son las cosas como uno espera. Ese viaje lo teníamos planeado desde el 2021, para estar en el momento de su nacimiento, pero empezaron las dificultades: dificultades para obtener el pasaporte mexicano, que por la pandemia se complicaron. Idas, vueltas, equivocaciones en el llenado de datos por parte de la agencia que se contrató, etc.
Finalmente, se proyectó el vaje para Mayo.
Pedimos a la Embajada francesa, visa para extender nuestra visita a un año. Se sacó una cita, se sacaron boletos para acudir a CDMX a ella. Nos avisaron de la negativa, dos días antes de la cita y no pudimos cancelar el viaje. Así que lo hicimos, aprovechando para visitar a la familia por 7 días.
Decidimos viajar y permanecer sólo por 3 meses como es permitido a los turistas y se pospuso el viaje hasta Diciembre
Meses antes, mi esposo se cayó de una escalera haciendo algunas reparaciones y le colocaron dos clavos en la muñeca izquierda. Le quitaron los clavos días antes de nuestra partida. Un día después, tenía cita para empezar su rehabilitación.
Nos fuimos, esperando poder empezar su rehabilitación allá. Ja. Los costos en Francia son mucho para nosotros, así que ayudados por el internet, realizó sus ejercicios y terapias. Gracias a Dios, con ello y con algunas sesiones de rehabilitación al regresar, su mano ha vuelto a la normalidad. Pensamos que podía no ser así. Todo el proceso fué dolorosísimo para él y obviamente, pesado para mí, pues estuve con él desde su internamiento hasta su total recuperación.
Finalmente, partimos a Francia, días antes de la Navidad. Felices, con 2 maletas, mochila, bolsas y cuanto pudimos para llevar un poco de México a la familia de nuestra nuera. Mi esposo no podia cargar, así que me tocó a mí la mayor parte. Sin complicaciones, pasamos las revisiones. Al llegar, la maleta de mi esposo no lo hizo. Se recogió dos días después. Pero ése detalle, no disminuyó en nada, la felicidad de abrazar por fin a nuestro nieto.
Estuvimos felices 2 meses. Paseos, conociendo una hermosa ciudad, castillos, jardines. Pero sobre todo, conociendo a la familia de mi nuera, tan amables. Aunque no pudimos hablar, porque no saben español y nosotros no sabemos francés, de alguna manera pudimos comunicarnos.
La tercera dosis del COVID la recibimos allá, después de algunos trámites. Mi nuera, mi nieto y mi hijo fueron vacunados también después de dar positivo. Mi nieto tuvo desde el principio de su venida al mundo, complicaciones con tos. Visitas al hospital sirvieron, porque hasta la fecha ha dejado de padecer tanto, gracias a Dios.
En fin. Todo iba bien, con algunas salvedades como la lluvia que nos cayó cuando fuimos a EuroDisney. Como el niño tenía un poco de tos y hacía frío por ser invierno, no disfrutamos, preferimos regresar a pesar de los gastos, pues no es barato.
Pero a mediados de Febrero, empezó mi viacrucis: Un día, me empezó a salir sangre de mi mano izquierda, debido a una malformación congénita que no se atendió a tiempo por distintas razones. Se formó una ulceración que terminó por abrirse. La vena estaba completamente visible y como sabemos, las venas son muy delgadas.
Con un rozón, se rompió, y la sangre brotó como una fuente. Como ya me había sucedido en mi juventud, me apliqué un torniquete, levanté la mano,
La envolví en una toalla. Mi esposo llamó a nuestro hijo, el cual se comunicó con los bomberos. Llegaron rápidamente, gracias a Dios.
Me dieron los primeros auxilios. Se formó una costra en la piel. Fué un doctor que me colocó un vendaje. Mi nuera me hacía las curaciones diarias.
Estaba aterrada. En un país desconocido, sin hablar el idioma, sin poder acudir a un hospital porque son muy caros.
Así pasamos unos días. No podía cargar a mi nieto, ni jugar con él. Eso lo entristecía y a mí también. Pasaba el tiempo sentada, sin hacer prácticamente nada.
Como parecía todo ir bien, mi nuera nos llevó a Chartres, deseaba que conociéramos lugares especiales para ellos. Fueron ahí, cuando mi hijo recibió su Maestría en Arquitectura.
Era el 23 de Febrero de 2022.
Lo primero que hicimos, fué entrar a la Basílica de Nuestra Señora de Chartres. No había podido ir a misa excepto un día. No entendimos el idioma y fué difícil. Durante la estancia, no pude ni oir misa por internet, por las salidas, por ayudar en la limpieza, por estar ayudando a mi esposo en su rehabilitación, por estar con el nieto el mayor tiempo posible, etc. Tengo la devoción de ir a la Basílica de Guadalupe en cada visita que hacemos allá. En ésta ocasión, no fuimos. Mi esposo no quiso por la pandemia.
Así que aproveché el momento. Le pedí a la Virgen su ayuda.
Saliendo, fuimos a desayunar a un restaurancito. Delicioso.Y otra vez, la fuente sanguínea. Empezamos a caminar, buscando un doctor o algo. Encontramos una farmacia. Estaba cerrada. Tardarían en abrirla. Caminé un poco más y había otra farmacia abierta. Mi nuera le explicó lo que sucedía. Gracias a Dios, la señora sabía un poco seguramente, porque nos mandó a un hospitar donde había un angiólogo.
Me atendió en urgencias, un jóven residente español que pudo entenderme. Después vino el angiólogo, una nueva visita a Chartres, idas a un hospital, análisis caros (que no cubrió el seguro de viajero en México, pues dió largas y largas. Tampoco cubrió los gastos médicos, de medicamentos, etc.)
Según, me iban a operar por un costo módico para ayudarme. Más idas y venidas al hospital. Un viaje rápido a Roma, donde después de un día caminando, no pude volver a caminar normalmente. Un fuerte dolor me lo impedía. Dolor que duró hasta el regreso a la casa, 20 días después. Estuve medicada todo ése tiempo. Se me compró una faja carísima. Estuve en silla de ruedas en Roma, en los aeropuertos....
Pero la sangre no volvió a salir. Hasta la fecha. La Virgen atendió a mis súplicas. Gloria a Dios. Desde la imploración en su Santuario de Chartres, no he vuelto a tener más sangrados.
Por supuesto, que llegando a casa, después de atenderme del problema de columna que era tan doloroso con un traumatólogo y un tratamiento caro, un cambio de colchón para poder descansar la columna, finalmente me curé de la columna. Este problema se causó por una caída meses antes que no sentí, pero que causó una ligera desviación de una vértebra y con la caminata en Roma todo un día, bajando y subiendo ya que es una ciudad enclavada entre colinas.
Acudimos con un angiólogo que estuvo atendiéndome durante varios meses. Si no ocurre nada, me dará de alta dentro de un año.
Pero lo importante es el testimonio de que la Virgen atendió mi súplica. La sangre no volvió a salir. Era tan frágil que el roce de una sábano podía provocar otro episodio.
Tengo varios años que he consagrado mi vida a la Virgen, que desarrollo mi apostolado, que no abandono la misa, la confesión, las prácticas que la Iglesia dice, el servicio que puedo realizar dentro de ella, etc.
Muchas veces he recibido sus favores. Y ésta es tal vez donde más patente se ha hecho, porque pensé realmente que me moría. Y ésto a pesar, o tal vez por haber abandonado la misa, la escucha de programas católicos, pudiendo escuchar por internet en algún momento del día. Siempre es posible hacerlo.
No quise hacerlo, ahora lo veo, por amor a mi nieto, a mis hijos y a mi esposo. Puesto que no son tan cercanos a la Iglesia. Volví a hacer lo que hice muchas veces: seguir un camino equivocado, con tal de ser aceptada por los que amo.
Olvidé o mejor dicho, no quise recordar las palabras de Jesús:
"Salmos, 18
Lo primero que hicimos, fué entrar a la Basílica de Nuestra Señora de Chartres. No había podido ir a misa excepto un día. No entendimos el idioma y fué difícil. Durante la estancia, no pude ni oir misa por internet, por las salidas, por ayudar en la limpieza, por estar ayudando a mi esposo en su rehabilitación, por estar con el nieto el mayor tiempo posible, etc. Tengo la devoción de ir a la Basílica de Guadalupe en cada visita que hacemos allá. En ésta ocasión, no fuimos. Mi esposo no quiso por la pandemia.
Así que aproveché el momento. Le pedí a la Virgen su ayuda.
Saliendo, fuimos a desayunar a un restaurancito. Delicioso.Y otra vez, la fuente sanguínea. Empezamos a caminar, buscando un doctor o algo. Encontramos una farmacia. Estaba cerrada. Tardarían en abrirla. Caminé un poco más y había otra farmacia abierta. Mi nuera le explicó lo que sucedía. Gracias a Dios, la señora sabía un poco seguramente, porque nos mandó a un hospitar donde había un angiólogo.
Me atendió en urgencias, un jóven residente español que pudo entenderme. Después vino el angiólogo, una nueva visita a Chartres, idas a un hospital, análisis caros (que no cubrió el seguro de viajero en México, pues dió largas y largas. Tampoco cubrió los gastos médicos, de medicamentos, etc.)
Según, me iban a operar por un costo módico para ayudarme. Más idas y venidas al hospital. Un viaje rápido a Roma, donde después de un día caminando, no pude volver a caminar normalmente. Un fuerte dolor me lo impedía. Dolor que duró hasta el regreso a la casa, 20 días después. Estuve medicada todo ése tiempo. Se me compró una faja carísima. Estuve en silla de ruedas en Roma, en los aeropuertos....
Pero la sangre no volvió a salir. Hasta la fecha. La Virgen atendió a mis súplicas. Gloria a Dios. Desde la imploración en su Santuario de Chartres, no he vuelto a tener más sangrados.
Por supuesto, que llegando a casa, después de atenderme del problema de columna que era tan doloroso con un traumatólogo y un tratamiento caro, un cambio de colchón para poder descansar la columna, finalmente me curé de la columna. Este problema se causó por una caída meses antes que no sentí, pero que causó una ligera desviación de una vértebra y con la caminata en Roma todo un día, bajando y subiendo ya que es una ciudad enclavada entre colinas.
Acudimos con un angiólogo que estuvo atendiéndome durante varios meses. Si no ocurre nada, me dará de alta dentro de un año.
Pero lo importante es el testimonio de que la Virgen atendió mi súplica. La sangre no volvió a salir. Era tan frágil que el roce de una sábano podía provocar otro episodio.
Tengo varios años que he consagrado mi vida a la Virgen, que desarrollo mi apostolado, que no abandono la misa, la confesión, las prácticas que la Iglesia dice, el servicio que puedo realizar dentro de ella, etc.
Muchas veces he recibido sus favores. Y ésta es tal vez donde más patente se ha hecho, porque pensé realmente que me moría. Y ésto a pesar, o tal vez por haber abandonado la misa, la escucha de programas católicos, pudiendo escuchar por internet en algún momento del día. Siempre es posible hacerlo.
No quise hacerlo, ahora lo veo, por amor a mi nieto, a mis hijos y a mi esposo. Puesto que no son tan cercanos a la Iglesia. Volví a hacer lo que hice muchas veces: seguir un camino equivocado, con tal de ser aceptada por los que amo.
Olvidé o mejor dicho, no quise recordar las palabras de Jesús:
Mateo 10:37--"El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. 38 Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.…"Finalmente entendí que Dios tiene sus caminos, que llama al que quiere... y que cada persona acepta o no, su invitación a seguirlo.. o lo hace en el momento que no está en mis manos.
"Salmos, 18
2.Yo te amo,Señor, mi fuerza, 3.El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria. 4.Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos. 5.Las aguas de la muerte me envolvían, los torrentes devastadores me aterraban; 6.las redes de la muerte me cercaban, ante mí estaban tendidas trampas mortales.
7.En mi angustia yo invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. Mi clamor llegó hasta sus oídos y desde su Templo oyó mi voz. 8.Tembló la tierra y se estremeció, se sacudieron las bases de los montes, que temblaban con sólo ver su furor. 9.Subía humo de sus narices y de su boca salía un fuego abrasador que arrojaba carbones encendidos. 10.El inclinó los cielos y descendió, con una densa nube bajo sus pies. 11.Montó en un querubín y emprendió vuelo; planeaba sobre las alas del viento. 12.En torno a él, un manto de tinieblas, un oscuro aguacero era su toldo. 13.Un resplandor lo iba precediendo con granizos y brasas encendidas. 14.Tronó el Señor desde los cielos, el Altísimo hizo oír su voz. 15.Tiró sus flechas y los dispersó, lanzó sus rayos y los derrotó. 16.Entonces apareció el fondo del mar y las bases del mundo se descubrieron, al ver, Señor, tu enojo, al pasar el soplo de tus narices. 17.Desde lo alto su mano me tomó, y me rescató de las aguas profundas. 18.Me libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo. 19.Me asaltaron el día en que me iba mal, pero el Señor vino en mi ayuda. 20.Me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba. 21.El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y él me lo paga. 22.Porque guardé los caminos del Señor y no hice el mal lejos de mi Dios. 23.Me acuerdo siempre de sus decisiones, y nunca descarto sus mandamientos.
24.Ante él soy irreprochable y me cuido de cometer pecado alguno. 25.Por eso me retribuye según mis méritos, según mi pureza que sus ojos ven. 26.Con el que es fiel, tú te muestras fiel, si alguien no falla, tampoco tu le fallas. 27.Con el que es sin doblez, tú eres leal, pero con los tramposos eres mañoso. 28.Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros. 29.Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas! 30.Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla. 31.Mi Dios, su proceder es perfecto, y su palabra es a toda prueba. El es un escudo para cualquiera que se acoja a él. 32.Pues, ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿quién es la Roca, sino nuestro Dios? 33.Es un Dios que me reviste de fuerza, un Dios que allana mis caminos. 34.Asemeja mis pies a los de la cierva, y me hace estar de pie en las alturas. 35.Adiestra mis manos para el combate, y mis brazos para tensar el arco de bronce. 36.Tú me das tu escudo de salvación; tu mano me sostiene, tus favores me agrandan. 37.Puedo alargar el paso, y mis tobillos no van a flaquear.
38.Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no volveré hasta que estén exterminados. 39.Doy un golpe, y no pueden rehacerse, caen y quedan tendidos a mis pies. 40.Me revistes de fuerza en el combate, y doblegas ante mí a mis agresores. 41.Haces que mis enemigos den la espalda, y a cuantos me odiaban aniquilo. 42.Aunque griten, nadie los salvará, claman al Señor, pero no les responde. 43.Los trituro como polvo que se lleva el viento, los pisoteo como el barro del camino. 44.Me libras de las querellas de mi pueblo, y me pones al frente de las naciones. Un pueblo que no conocía me sirve. 45.Los hijos de extranjeros me adulan, apenas oyen mi voz, me obedecen. 46.Los extranjeros pierden el ánimo, y salen temblando de sus fortalezas.
47.¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Ensalzado sea el Dios que me salva! 48.Oh Dios que me concedes el desquite y colocas los pueblos a mis pies, 49.que me libras de mis enemigos y me encumbras por encima de mis agresores, tú me salvas de la gente violenta. 50.Por eso te ensalzaré, Señor, y en medio de los pueblos cantaré tu Nombre, 51.tú que a tu rey das victoria tras victoria, y sigues con tus favores a tu ungido, a David y a su descendencia para siempre."