Mitos Sobre la Infidelidad Conyugal


José Miguel Cuevas Delgadillo


Mito 1: “Sólo es algo sexual”.

El primer mito lo establece el hombre que practica la infidelidad con regularidad, dice así: “El adulterio solamente es algo sexual”. Muchas personas dicen que el cometer el acto de infidelidad es solamente buscar placer sexual, o es algo que tiene que ver solamente con el acto sexual en sí mismo. Sin embargo, es lo opuesto en la mayoría de las ocasiones cuando existe una práctica de infidelidad. Muchas veces estas personas se encuentran satisfechas sexualmente en el matrimonio; es decir, no es por insatisfacción sexual que comete adulterio.

La razón más bien es que hay varias necesidades básicas y cuando no son suplidas en el hombre o en la mujer, abren un vacío altamente peligroso para que se incrementen las probabilidades del adulterio. Las personas envueltas en infidelidad conyugal usualmente no buscan a una pareja fuera del matrimonio porque sea más bonita, guapo o más sensual que su cónyuge.

A veces la escogen porque requieren satisfacer alguna necesidad que no encuentran en el matrimonio. Hay personas que pueden sostener una infidelidad por muchos años y cuando la mujer descubre que su esposo la engañaba, se da cuenta que no es de 6 meses para acá, a veces son 2, 4, 10, o 15 años.

El terapeuta Frank Pitman encontró una razón muy común en el estudio personal de sus propios pacientes que cometen infidelidad: “La razón era simplemente encontrar un amigo con quien pudieran tener intimidad, conversación, compañerismo, amistad, que no tenían en su propio cónyuge.”Así, muchísimas personas realmente se enamoran de otra mujer o de otro hombre, y no están buscando el sexual como una necesidad exclusiva y única.

En este sentido, muchos terapeutas matrimoniales concluyen en que esos “amoríos del corazón” son más tercos que aquellos de carácter solamente sexual o físico. Lo anterior se observa con frecuencia en el sexo femenino. Las mujeres a veces se ven inclinadas a dejar a sus maridos cuando sienten un fuerte lazo emocional con otro hombre. En la terapia familiar y matrimonial he encontrado que muchas mujeres llegan a la infidelidad por un lazo sentimental: “Él sí me comprende, me escucha, él no es como mi marido, él me da afecto, me protege…”. El asunto de la satisfacción emocional en la mujer es una realidad que como hombres debemos aprender a realizar.

Muchas de las mujeres que comenten infidelidad inician con el pensamiento de comparar a su esposo con el amigo del trabajo, de la red social o de la escuela. Resulta que en ocasiones como esposos solemos ser toscos, secos y poco afectivos. Nos olvidamos de los detalles del noviazgo: las flores, lo rosa, los chocolates o cualquier otro detalle que alague a su mujer. En algunos casos, los matrimonios ponen como pretexto a sus hijos para no salir juntos o realizar un viaje en donde mutuamente se disfruten.