Tormentas en la vida


Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”

Las tormentas son un buen símbolo para nuestras crisis, angustias y fracasos. En fin para todo lo que se presenta como algo doloroso e indeseable en nuestra vida. Pero son inevitables.
Lo bueno es encontrar en todas ellas el lado positivo, porque muy expresivamente escribió Luis Veuillot: “hay bendiciones de Dios que entran en casa rompiendo los cristales”.

Un campesino pidió a Dios le permitiera ordenar el clima para que —según él— le rindiera mejor su cosecha. ¡Dios se lo concedió!

Entonces, si el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; si pedía sol, éste brillaba; si necesitaba más agua, llovía más; etc.
Sin embargo, al llegar la cosecha, se sorprendió mucho porque resultó un fracaso.

Desconcertado preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas más adecuados.
Pero Dios le contestó: "tú pediste lo que quisiste, pero no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consumen y purificarla de plagas que la destruyen".

Sepamos encontrar el lado positivo aun en las tormentas por las que tengamos que pasar en la vida.



Anécdota de Gandhi

Cuando estudiaba Derecho en el Londres University un profesor de apellido Peters le tenía animadversión pero el alumno Gandhi nunca le bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros.

Un día el profesor Peters estaba almorzando en el comedor de la Universidad y el alumno viene con su bandeja y se sienta al lado del profesor.

El profesor, altanero, le dice:
-“Señor Gandhi usted no entiende... Un puerco y un pájaro, no se sientan a comer juntos”.

A lo que contesta Gandhi:
-“Esté usted tranquilo profesor... yo me voy volando”, y se cambia de mesa.

El señor Peters verde de rabia, decide vengarse en el próximo examen, pero el alumno responde con brillantez a todas las preguntas. Entonces le hace la siguiente pregunta:

-"Señor Gandhi, Ud. está caminando por la calle y se encuentra con una bolsa, dentro de ella está la sabiduría y mucho dinero, ¿cuál de los dos se lleva?"

Gandhi responde sin titubear:
-"¡Claro que el dinero profesor!"

El profesor Peters sonriendo le dice:
-"Yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?"

-"Cada uno toma lo que no tiene, responde el alumno"

El profesor Peters, histérico ya, escribe en la hoja del examen: ¡Idiota! Y se la devuelve al joven Gandhi.

Gandhi toma la hoja y se sienta. Al cabo de unos minutos se dirige al profesor y le dice:

-"Señor Peters, usted me ha firmado la hoja pero no me puso la nota".