Me gusta escribir las reflexiones del día a día.
Me ayudan a ser mejor persona y tal vez ayuden a otros a serlo.
No podemos negar que en la actualidad, se ha incrementado el número de adolescentes embarazadas, de divorcios, de separaciones.
Cuando miro hacia atrás, hacia la época en que fué niña, puedo mirar madres en casa cuidando de sus hijos, esperando al marido. Niños jugando felices en la calle junto a sus amiguitos. De vez en cuando, una mamá salía gritando: " Malu.... ya es hora de la tarea"
Algunas mujeres como mi mamá trabajaba y no podía cuidar de nosotras, pero era suplida por las vecinas que de algún modo, prestaban su casa para nuestros juegos, que estaban al pendiente de sus hijos... y de pasada, de nosotros.
Eran otros tiempos.
El cuidado de los hijos requiere de mucha ayuda. En muchas familias, la abuela auxilia en el cuidado de ellos, los hermanos mayores también por momentos, los vecinos que están al pendiente de los chamacos cuando juegan en la calle, en el parque, etc.
Cómo recuerdo a aquellas abuelas que auxiliaban a sus hijos en el cuidado de los suyos.
En la actualidad, podemos ver a tres generaciones de mujeres trabajando.
La abuela, la hija y la nieta... cuidando de los hermanos. Aunque se dan casos de nietos cuidando de sus hermanos.
Conozco mujeres que no han podido trabajar para ayudar en el gasto familiar.... y corren a buscar a su mamá para que las auxilie y la encuentra trabajando.
El trabajo para muchas mujeres es un escape a la obligación de auxiliar a sus hijos en el cuidado de los suyos. En algún punto, se rompió la cadena.
En mi caso, mi abuelita paterna trabajaba porque era viuda.... y no pudo ayudar a sus hijos en el cuidado de los suyos. Y mi otra abuelita también trabajaba, porque era mujer separada que dejó al marido.
Este caso sucede cada vez con más frecuencia. Ambas abuelas trabajan. Las madres trabajan.
Y quien cuida de los niños?
En mi caso, fué un internado el que suplió la carencia de mamá en el hogar. En otros casos, una tía... pero en la mayoría de los casos, los hermanos mayores se hacen cargo lo cual es un peso excesivo para ellos. Conozco muchos desgraciadamente.
Muchas mujeres vuelven a unirse a otra persona, sólo para empeorar la situación. A veces tienen hijos y la pareja no es lo suficientemente preparada para aceptar la responsabilidad de hijos que no son suyos. Cosa que sucede cada vez más frecuentemente.
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero. Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con que se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento ¿Y porqué se preocupan por el vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas.
Esta es una cita bíblica que me lleva a ver la razón fundamental de tanta desunión familiar: la falta de confianza en Dios, la falta de comunicación con Dios.
"No tengan miedo" nos dice Jesús en muchas ocasiones en el Evangelio: cuando los discípulos estaban en la barca atemorizados ante la tormenta. Cuando la multitud se acercó a escuchar a Jesús y había que darles de comer. Cuando los discípulos no pudieron curar a un enfermo... en fin.
El miedo es falta de confianza en Dios. Es ir a la deriva por la vida sin el ancla de la fé.
Es tener miedo a que nos falte un techo para nuestra cabeza, un alimento para nuestra mesa.
Y el miedo nos hace querer acumular: terrenos, comida, ropa, etc.
El miedo nos paraliza o nos hace salir corriendo.
El miedo acrecienta nuestros defectos: si somos avarientos, nos volvemos acaparadores.
Si somos envidiosos, nos volvemos criticones. Si somos orgullosos, nos volvemos alejados de los demás, etc.
El amor cura al miedo. El saber que Dios es amor, nos hace tener confianza.
Recuerdo a mi abuelita que tenía fé en Dios. Y Dios siempre llevó a su vida a personas que la auxiliaron en el difícil trabajo de educar y sacar adelante a sus hijos.
Una persona a quien acompañó en su soledad, le ayudó a conseguir un internado para sus hijos.
Otra persona a quien ayudó en sus tribulaciones, la recibía en su rancho con los suyos.
Otra persona que veía su esfuerzo en asistir siempre a las juntas en la escuela, de ver que siempre cumplía a pesar de trabajar, me condujo hacia un internado en donde estuve bien cuidada.
A las personas buenas les pasan cosas buenas. Y mi mamá era buena, tal vez desvió su camino muchas veces pero Dios a quien oraba frecuentemente, la regresaba a la senda.
La cruz es pesada. Dicen que cada quien llevamos la cruz que necesitamos, pero una cosa si es segura no la cargamos sólos.
Me encanta ése relato en donde un hombre atribulado, le reprocha a Dios que no le haya ayudado cuando lo necesitaba. Y Cristo le dice que voltee hacia la playa por donde ha caminado. Ve sólo la huella de una persona.
Y le vuelve a reclamar a Cristo su ausencia. Entonces El le dice que se fije bien. Sólo en ése momento ve que las primeras pisadas son más pequeñas, que en un momento, las pisadas son distintas.
En ése momento cuando más necesitabas, te tomé en mis brazos y te cargué en ellos.
Es ésa falta de confianza en Dios lo que creo nos está llevando cada vez al hedonismo, a la autosuficiencia, al hacer por hacer, a una vida sin sentido.