El aborto es un delito por ser un crimen, no un derecho

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Como decía Sócrates: «cualquier injusticia perjudica más a quien la comete que a quien la sufre». +++

En lugar de hablar de aborto o de asesinato de un inocente, se dice que se va a producir la interrupción del embarazo. Se defiende el aborto bajo la excusa del derecho a decidir («pro choice») de la mujer, pero al que no se le deja ninguna capacidad de decisión es a la víctima inocente, el no nacido, al cual se le condena a muerte.

Se habla de «muerte dulce» o «muerte caritativa» o incluso «derecho a morir con dignidad», para camuflar el espantoso crimen de la eutanasia, con el cual se quiere eliminar el excedente de ancianos y enfermos de larga duración que sobran en una sociedad egoísta, en la cual no hay niños porque, entre otras cosas, los han matado antes de nacer.

Con el «Lexicón» se quieren poner las cosas en su sitio, brindando a los que de verdad quieran saber, con un lenguaje asequible para la mayoría, el porqué de las posturas de la Iglesia en estos campos.

Pero, ¿servirá para algo en un país donde las medidas liberalizadoras del aborto anunciadas por el Gobierno no parecen influir en la opinión pública a la hora de votar? El cardenal López Trujillo daba la clave en la presentación de la obra, citando a Santa Teresa: «La verdad padece, pero no perece».

Estamos en un momento oscuro y sangriento de la historia, pero la victoria final será nuestra. 2004.06 “La vida de un embrión humano es tan sagrada como su desarrollo a sus diez años o como su proceso hasta la muerte”. +++

Por principio, somos opuestos tanto al aborto como a la pena de muerte, aunque reconocemos que nos parece ‘evidentemente’ más desvalido un ser humano inocente en el seno materno que un asesino múltiple o un terrorista. +++

«El universalismo igualitario, del que brotaron las ideas de libertad y de convivencia solidaria, es una herencia directa de la justicia judía y de la ética cristiana del amor. Esta herencia, sustancialmente inalterada, ha sido siempre hecha propia de modo crítico y nuevamente interpretada. Hasta hoy no existe una alternativa a ella. La democracia se sustenta en unos fundamentos prepolíticos que son anteriores a ella».

Benedicto XVI y Habermass -quizá los dos pensadores de mayor talla mundial- han abordado estos asuntos posteriormente en reiteradas ocasiones. 2007 Una supuesta ética laica -en otras palabras- no puede pretender ser superior a otra de tipo confesional. Este punto, sin embargo, sigue marcando una distancia difícil de salvar con el catolicismo.

El pensamiento de la Iglesia entiende que la ética es dominio de la razón, mientras que a Habermass le preocupa más el consenso: hay norma moral, cuando un grupo de personas así lo entiende. Esto es peligrosísimo porque, desde el consenso, nacieron algunos de los peores males de la humanidad y el siglo XX, es elocuente muestrario. Con el consenso al aborto se pasó a la eutanasia y últimamente retornamos a la sección racial: dar derecho a la vida solo al físico perfecto, como era de esperar.

El filósofo alemán Ernst Wolfgang Böckenförde señala que: «el concepto de derechos humanos sólo se explica en la historia de una fe, en la que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios».