Un sueño

"Es justamente la posibilidad
de realizar un sueño,
lo que hace la vida posible..."
Cuando nos sentimos heridos,
muchas veces tomamos la decisión
de cerrar nuestro corazón a nuevas relaciones y afectos,
tememos ser lastimados otra vez,
y pensamos que si nos mantenemos al margen
y no nos involucramos emocionalmente con nadie
(sean relaciones de pareja o de amistad)
con esto estamos evitando el dolor.
Esta reacción es totalmente normal en el ser humano,
todos alguna vez hemos pensado
y actuado de esta manera,
solo que esto lejos de evitar el sufrimiento lo incrementa.
Al no darnos a las personas,
al no abrirles nuestro corazón,
estamos actuando como un escudo para el amor,
lo estamos rechazando
y nos estamos negando la posibilidad
de encontrar gente que corresponda
a nuestros mismos sentimientos.
Nos estamos negando el derecho del amor.
Si concentramos nuestros pensamientos
en el daño que nos han hecho,
esto también actuará como imán,
y atraerá a personas que nos dañen nuevamente.
Cerramos nuestro corazón por defensa propia,
pero la única defensa verdadera
es la confianza en nosotros mismos.
La vida no se mide
anotando puntos como en un juego.

La vida no se mide
por el número de amigos que tenés,
ni por cómo te aceptan los otros.
No se mide según los planes que tenés
para el fin de semana
o según te quedás solo en tu casa.
No se mide según con quién salís,
ni porqué nunca saliste con nadie.
No se mide por las personas que besaste.
No se mide por el sexo.
No se mide por la fama de tu familia,
ni por la plata que tenés,
ni por la marca de coche que manejás,
ni por el lugar donde estudiás o trabajás.
No se mide ni por lo lindo o feo que sos,
ni por la marca de ropa que llevás,
ni por tus zapatos,
ni por el tipo de música que te gusta.
La vida no es nada de eso.
La vida se mide según a quién amás
y según a quién dañás.
Se mide según la felicidad
o la tristeza que proporcionás a otros.
Se mide por los compromisos que cumplís
y las confianzas que traicionás.
Se trata de la amistad,
que puede usarse como algo sagrado
o como un arma.
Se trata de lo que se dice y de lo que se hace
y de que lo que se quiera decir o hacer,
sea dañino o benéfico.
Se trata de los juicios que formulás
y de para quién o contra quién los dirigís.
Se trata de a quién no le hacés caso
o ignorás intencionalmente.

Se trata de los celos,
del miedo,
de la ignorancia
y de la venganza.
Se trata del amor,
el respeto o el odio que llevás dentro tuyo,
y de cómo los cultivás...
Pero en su mayor parte,
se trata de sí usás la vida para alimentar
o envenenar el corazón de otros.
Vos elegís la manera en que vas a afectarlos
y esas decisiones son de lo que se trata la vida...
Alineación al centro