¿Somos o queremos aparentar?

“Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo este con todos ustedes”

Somos o queremos aparentar?

La vida podría convertirse en un cumplimiento meticuloso de la ley, normas, compromisos, como hacían los fariseos y judíos y como hoy en día lo hacemos muchos.

Pero valdría preguntarse en medio de tanta exigencia personal ¿por qué? ¿Por qué tanto empeño y dedicación para ser fieles?. ¿Realmente cumplían o cumplimos nosotros de esa manera para agradar a Dios? Por la actitud de Jesús su fidelidad era incienso que en lugar de agradar a Dios los alababa a ellos mismos. Es decir lo hacían y lo hacemos algunos, mas para agradarnos a nosotros mismos, que para agradar a Dios

Sólo a Dios hay que dar culto, y el verdadero culto consiste en la caridad y amor a Dios, nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2095. Debe ser aquí por tanto, donde florezca la exigencia por ser fieles a los compromisos.

El Santo Padre, Juan Pablo II escribió que ser cristiano no es en primer lugar cumplir una cantidad de compromisos y obligaciones y no po r eso no los vamos a cumplir, sino dejarse amar por Dios.

De esta manera, hemos de buscar a Dios para que nuestra jornada no se convierta en una serie de actividades, compromisos, obligaciones sin sentido, porque se tienen que hacer, hechos en ocasiones sin saber por qué se hacen, sino que sean nuestros días un continuo ofrecimiento a Dios de nuestras acciones.

Por ejemplo:

Anulamos el mandamiento de Dios por mantener nuestra tradición. La moda actual es no tener hijos; es lavarse las manos y usar métodos anticonceptivos, es programar el amor y olvidarse de Amar a Dios sobre todas las cosas y personas. Luego, lloramos y buscamos a Dios desesperadamente; porque Dios no quiere al lado a los que nos lavamos antes de comer, nos apegamos a la moda y somos hipócritas.

Dios ama a todos, pero, ¿todos aman a Dios sobre todas las cosas y personas?


+ Reflexión
Este pasaje contiene diferentes enseñanzas de las cuales podríamos hoy hacer una buena reflexión, sin embargo, el texto se centra en la unidad que debe haber entre fe y vida.

Los fariseos, al igual que muchos de nosotros, adoptan una postura que a la vista de los demás aparenta fidelidad y cumplimiento a la ley, pero en realidad su corazón está lejos de Dios. Y esta es la triste realidad de muchos de nuestros cristianos-católicos que aparentan ser fieles cumplidores de la ley; van a misa los domingos, en las asambleas de oración hacen largas oraciones, se encargan de recoger la limosna en la misa, cumplen con lo marcado con la ley; sin embargo, en sus casas son déspotas, intransigentes, criticones y malcriados, asisten a espectáculos inconvenientes, etc.

Pensemos por un momento ¿qué es lo que nos mueve a nuestras prácticas religiosas, la ley o el amor a Dios y a los hermanos?

Estoy seguro que a ustedes los mueve el amor a Dios y a los hermanos.

Un abrazo fraterno a todos
Mauricio
“Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser Santo”(San Agustín)